viernes, 9 de julio de 2010

Consejo para mi seguridad

¿Qué países amenazan la paz mundial? ¿Cuáles son aquellos que poseen armas nucleares y pueden ser vetados? ¿Por qué algunos gozan de prerrogativas?

El gobierno de Barack Obama ha sentado las bases para la cooperación hacia un mundo libre de armamentos nucleares. Sin embargo, Norteamérica, desde el Tratado de No Proliferación Nuclear, por más de 40 años, ha sido el gran beneficiado en este tema y explícitamente justifica su carrera armamentista basándose en la hegemonía de la que goza.

A diario se reportan notas sobre lo preocupante que es para la seguridad mundial que países como Corea del Norte o Irán posean o puedan poseer armas nucleares. Cuando el primero ensaya con sus armas de destrucción masiva o Mahmud Ahmadineyad especula sobre las que pueda poseer, occidente -y concretamente Estados Unidos-, a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, envía un mensaje de rechazo generalizado y censura enérgicamente el hecho de que se pueda poner en peligro la paz global.

El énfasis norteamericano más inmediato viene de la mano con George Bush hijo, quien usó una política totalmente hostil hacia aquellos países que, a su criterio, alteraban la seguridad mundial. Recordemos que durante su administración se acuñó el término “Eje del mal”, para hacer referencia a la triada compuesta por Irán, Irak y Corea del Norte, países que, en teoría, poseían armas nucleares.

Hasta el momento no se sabe a ciencia cierta si Irán posee este tipo de armamento o no. Si bien ha desarrollado un programa de enriquecimiento de uranio -recurso constituyente de armas nucleares- y se juegue a la posibilidad de realmente tenerlas, no se puede asegurar que constituya un peligro y/o amenaza. Teniendo en cuenta que sus vecinos Irak y Afganistán están ocupados por los americanos, Irán buscaría defenderse sembrando la duda.

Estados Unidos ocupó Irak aduciendo que poseía armas nucleares, lo que tampoco ha sido comprobado. Corea del Norte sí las posee. El país asiático suscribió el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), pero en un momento determinado se retiró de él, se declaró potencia nuclear y empezó a desarrollar un programa nuclear para fines militares.


El papel de la ONU


La Organización de las Naciones Unidas sirvió de plataforma para el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) a fines de los sesenta. El acuerdo establecía una diferencia explícita entre dos tipos de países: los que poseían armas antes del firmarse el tratado y los que no. Los primeros podían conservarlas, pero no tenían obligaciones ni plazos de desarme, mientras que los segundos estaban prohibidos de adquirir armamento nuclear.

Para ese entonces, eran cinco las naciones capaces de poner en peligro el planeta: Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia, los actuales miembros permanentes del Consejo de Seguridad. A partir de la fecha, cuatro países han adquirido armamento, en el siguiente orden: Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.

El TNP establece que los países miembros del acuerdo y de la comunidad internacional deben permitir la inspección de sus programas nucleares para garantizar que sean pacíficos. Esta tarea recae en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que tiene la potestad de elevar los casos al Consejo de Seguridad (CS) para establecer cualquier tipo de sanción, desde una mera condena diplomática hasta el uso de la fuerza, pasando por sanciones económicas.

Pero pese a que las medidas impuestas por Naciones Unidas para determinar qué países y bajo qué condiciones deben portar armas nucleares parecen ser adecuadas y las más justas, en el fondo nos encontraríamos ante el pleno ejercicio del poder político norteamericano que hace y deshace a su antojo en lo que a política exterior se refiere.

Como lo sostiene el periodista Carlos Reyna, “Estados Unidos ha sido el país más opuesto a la regulación del armamento nuclear. Los jerarcas de la política exterior norteamericana, una serie de especialistas y el Secretario de Estado señalan que no se pongan límites a la proliferación, que esto es necesario porque Estados Unidos tiene que defender su lugar de potencia, su lugar hegemónico, lo dicen literalmente en una serie de documentos, como en la Doctrina de Seguridad del año 2002 del señor Bush e incluso reivindican el derecho de Norteamérica a pasar por encima de las normas internacionales, de todas las normas de Naciones Unidas”.

¿Igualdad en la regulación?

Para Farid Kahhat, analista internacional, el escenario es claramente vertical y unilateral: “Israel actualmente ocupa territorios palestinos y de Siria y nadie le ha echado en cara el haber desarrollado un programa nuclear, en un área en el medio oriente en donde nadie más tiene armas nucleares. Acá el interés norteamericano es que solo sus aliados puedan tener armas nucleares, solo un aliado en particular, Israel”.

El internacionalista considera que hay prerrogativas de parte de ciertas naciones en desmedro de otras: “Científicos del programa nuclear pakistaní han vendido tecnología nuclear a otros países y sin embargo no queda claro porqué Pakistán puede tener armas nucleares e Irán no. Ese es el problema, la selectividad de la aplicación de la norma por parte de las potencias occidentales; cuando nuestros aliados infringen la norma, eso es tolerable, en todo caso esas potencias deciden si es tolerable o no, pero es inaceptable que un rival potencial infrinja la norma. Ese es el problema con el statu quo”.

Estados Unidos, además, ha firmado acuerdos de cooperación nuclear con la India, un país que ha proliferado en armamentos, confirmando una posición déspota y autoritaria.

Yes, we can










A diferencia de la administración de Bush, el actual gobierno parece interesado en negociar con los países con los que mantiene conflicto y hoy aboga por la seguridad mundial. Barack Obama ha hecho un llamado por un mundo sin armas nucleares y por tal motivo lo premiaron con el Nobel de la Paz, galardón criticado por no pocos expertos.

Para Carlos Reyna, el premio no tiene razón de ser: “Barack Obama dijo en un momento que retiraría sus tropas de Irak y Afganistán, lo cual no es cierto, porque hasta el día de hoy eso no ha ocurrido”.

Kahhat no cree que sea posible un desarme global: “Está pugnando por un mundo sin armas nucleares, lo cual es altamente improbable. Su mensaje es que va a ser más serio en cuanto a la aplicación del TNP. El punto es que no haya nuevos países que obtengan armas nucleares y que Corea del Norte renuncie a su armamento nuclear”.

Obama ha introducido una política claramente más tolerante y dispuesta a escuchar a los que piensan distinto a él. Sin embargo, Norteamérica mantiene la hegemonía política y económica y va a tratar de perpetrarse en el poder y no va aceptar fácilmente despojarse de sus privilegios. ¿Desarme mundial? No, we can´t.

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