martes, 21 de septiembre de 2010

“Ser campeón del mundo no es el único sueño que tengo”





















Jonathan Maicelo se saca por un momento los guantes para animarse a probar suerte en el siempre minado campo de la política. El ambicioso pugilista se alista para una de sus más duras batallas: ser elegido regidor por San Miguel en la lista de su amiga y compañera deportiva, Eva Roca, del partido Humanista.

A punta de escupitajo limpio camina Maicelo. Mira para un lado, mira para el otro. No florea, no entra en cuentos y no le gusta que le hablen en difícil. Prefiere ser directo y claro cuando dice lo que piensa (y piensa lo que dice). Sabe que la política está venida a menos, pero cree que no hay por qué tenerle miedo, que basta y sobra con ser franco.

El “depredador” llega a la política a través del deporte y es a través de éste que también quiere destacar en el ring de las ideas. Conoció a Eva Roca, su “madrina política” y candidata a la alcaldía de San Miguel, en un gimnasio donde ambos enseñan deportes de contacto. Ahí nació la propuesta indecente.

Cuéntame, Jonathan, ¿dónde conociste a Eva Roca?

Eva es dueña de un gimnasio en San Miguel, Black Dragons. Ahí enseña Tae Kwon do y Kung fu. Yo trabajo hace bastante tiempo con ella, la conozco hace más de tres años, ya casi cuatro.

Pega duro…

Sí, mete su puñete.

¿Ella te ofreció que postules en su lista o tú te subiste al coche, cómo es? Ojo, a mi no me ‘florees’ ah, también soy barrio.

(Risas) Sí, ella me dijo para que yo esté en su campaña. Aunque no lo creas, muchos partidos políticos me han ofrecido eso, pero yo los he rechazado.

¿Qué otros partidos son esos?

No quiero mencionarlos porque después se van a negar. Han sido varios, pero yo les he dicho que no, que no me interesa apoyar gente quien nunca en mi vida he tratado, que nunca en mi vida me ha apoyado.

¿Y por qué estás postulando por San Miguel si vives en el Callao?

Yo soy del Callao, ‘barraconero’ neto; pero lamentablemente en el Callao yo ofrecí propuestas para erradicar la delincuencia, hablé a muchos alcaldes, con muchos presidentes regionales que no los quiero mencionar para no maletear porque no me gusta el cuchillo. Tú sabes, les ofrecí eso y no quisieron; dijeron que no había presupuesto… que no sé cuánto. Yo estudié y viví en San Miguel, trabajo ahí, he ‘lateado’ con niños para recogerlos y llevarlos para el gimnasio de Eva. Entonces escogí San Miguel por eso.

Serás buen deportista, pero ¿cuáles son tus propuestas para mejorar el distrito?

Queremos trabajar en el tema deportivo y en el tema laboral. Quiero poner talleres de boxeo, de artes marciales mixtas, y talleres laborales de ingeniería, mecánica, computación, carpintería; y también un servicio de psicología para aquellos chicos que se están desviando, que hacen cosas malas.

“Quién más que yo para decirle a un político qué sabe de las calles”


Nuestro menudo pugilista no le hace caso a quienes dicen que no tiene los conocimientos necesarios para ejercer como regidor. Al contrario, más lo critican, más bravo se pone. La política puede ser como en el cuadrilátero: a veces hay que recibir golpes para cansar al rival (¿No fue así como lo hizo un veterano Mohamend Alí contra un demoledor George Foreman?) Como envalentonándose ante las críticas, Maicelo no se avergüenza en contar por lo que tuvo que pasar para salir adelante.

“Yo he trabajado toda mi vida: en construcción, en combi, en desalojos, he botado basura, he hecho de todo. Por ahí alguien puede decir ‘ah, yo robo porque mi papá me abandonó’. A mí mi papá también me abandonó y yo qué mierda hice: me puse a trabajar como un huevón porque no quería hacer sufrir a mi mamá”.

¿Te sientes capacitado para ejercer un cargo público?

Yo tengo calle. Quién más que yo para saber exactamente lo que necesita la gente; quién más que yo para decirle a un político lo que pasa en las calles. Los políticos nada más están sentados en su silla presidencial, en su casa en San Isidro, en San Borja, en Miraflores, en La Molina, de ahí no salen, viven rodeados de guachimanes, de gente importante. Yo vivo rodeado de gente humilde, de gente sencilla, también de otros que se buscan la vida de otra forma, pues conozco ladrones, conozco pandilleros, conozco de todo.

Tú sabes que la política está bien desprestigiada. Tu imagen se puede venir abajo.

No, porque yo siempre he sido franco con mis palabras, desde incluso mi forma de hablar, mi forma de pensar, mi forma de ser: así ‘chonguero’. Eso no va a cambiar en nada. Simplemente lo único que le ofrezco a la gente es esos talleres para que los que quieran busquen la forma honesta de ganarse la vida.

Los sueldos no son malos en política, ¿no querrás sacar tu ‘tajada’?

¿Cuánto ganaré yo en eso? En una pelea de box me llevo más de 6 mil dólares. Yo creo que ahí (en el municipio) no me pagarán ni siquiera la mitad de lo que gano. Voy a tener mi sueldo, pero tampoco voy a decir que lo voy a donar porque no quiero ser mentiroso. Ese dinero me lo voy a merecer.

¿Y cómo vas a hacer con el boxeo?

Yo siempre he boxeado. Toda mi vida he hecho dos cosas diferentes: entrenar y trabajar. Para mí esto no es nada nuevo. Si dicen que Maicelo se va a descuidar del boxeo, yo les digo que es mentira.

“La delincuencia se va a reducir en 60%”

Vienes de un barrio bravo, ¿cómo ves el tema de la delincuencia en Lima?

Está terrible, está todo feo. En sí, a veces siento -no lo confirmo- que a las autoridades principales no les interesa que pasaran esas cosas. Es un tema en donde yo quisiera decir que se ponen talleres que propongo y ya mañana se acaba la delincuencia: pero no; es un tema a futuro. Pero igual, creo que por lo menos la delincuencia se va a reducir mucho, en un 50, 60%.

Ten en cuenta que San Miguel no es el Callao. No hay el mismo nivel de delincuencia.

San Miguel es un sitio que la gente dice que es chévere, es bonito, pero tiene zonas muy pobres, muy pendejas, muy jodidas. Hay muchos maleantes, forajidos. Son gente ignorante, gente que no sabe que en verdad tiene armas como sus brazos y sus piernas para desarrollarse en otras cosas. Yo los voy a ayudar para que dejen esa mierda de estar robando, estar asaltando, estar haciendo sufrir a la gente.

A raíz de la propuesta de Keiko, ¿crees en la pena de muerte como una solución para frenar a tantos malechores?

Prefiero quedarme en duda con eso. Tienes que ponerte en el lugar de las personas a veces, ¿no? Te digo algo. Si me matan a mi hijo, que tanto amo, que tanto adoro, yo le doy vuelta al tipo. No sabría qué responder, te diría un 50% que sí, un 50% que no. Creo que estaría inseguro en contestar sobre eso.

Campaña a mano dura

Nos citamos en el antiguo estadio Telmo Carbajo. El peleador llegó puntual y nos saludó a su estilo, medio de lado, medio achorado. Caminamos por las calles del Callao y San Miguel. La gente se acerca, lo saluda, le pide firmas, y hasta besos. Visto desde el frío ajedrez de las componendas políticas, buen ojo ha tenido el Partido Humanista: Maicelo jala votos.

¿Cómo va la campaña?

Está dura, está fuerte. Yo les digo a los sanmiguelinos que no sean masoquistas, que piensen en verdad que los deportistas podemos hacer muchas cosas. Eva tiene bonitas propuestas, se está lanzando justamente para alcalde de San Miguel porque ella es de ahí. Ha visto la problemática, ella sí camina por las calles.

¿Qué actividades estás realizando?

Estoy haciendo caminatas con los chicos. Ellos a veces se me ‘achoran’, me dicen “¿Maicelo, qué haces acá? ¿Vienes a pegarnos, qué pasa?” Y yo les digo “Oe qué pasa primo, conch..., qué pasa compare, ¿qué m… estás robando acá?”, yo sí les hablo en su idioma, a esta gente no se le puede hablar suave.

¿Qué vas a hacer si no resultas elegido regidor?

Si no resulta, voy a seguir con lo mío. Yo te digo algo, yo siempre he tenido un sueño, que es ser campeón del mundo, pero ser campeón del mundo no es el único sueño que tengo. Me he dado cuenta de que con la imagen que yo tengo he hecho que muchos niños me sigan, que de repente un día veían a un tipo metiendo bala, digan “no, yo no quiero hacer eso, quiero boxear como Maicelo”. Me he dado cuenta de que tengo una responsabilidad grande. Voy a seguir con mi boxeo y voy a seguir ayudando a estos jóvenes.

El púgil se saca los guantes para despedirnos. Nos dice que cuidemos la cámara, que estemos atentos. Irremediablemente nos viene a la mente su imagen bailando en el Gran Show. Lo hizo muy bien, valgan verdades. Pero escondemos la sonrisa, no vaya a ser que nos caiga un guantazo. Y bueno, si los políticos se agarran a trompadas, por qué no un trompeador puede ser político.

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